KIEV.- El Parlamento ucraniano votó a favor de destituir al presidente del país, Viktor Yanukovich, horas después de que éste abandonara Kiev ante una oleada de manifestaciones y denunciara lo que describió como un golpe de Estado. El Parlamento decretó también la liberación de su eterna enemiga, la ex primera ministra Yulia Tymoshenko, que salió del hospital donde ha permanecido detenida, completando una transformación radical de esta ex república soviética de 46 millones de habitantes.
El derrocamiento del líder afín a Rusia tras violentas protestas en las que murieron 77 personas en el centro de la capital, convertida en un infierno, alterará el futuro del país, acercándolo a Europa y alejándolo de la órbita de Moscú.
También supone un duro revés para el sueño del presidente ruso, Vladimir Putin, de recrear en lo posible la Unión Soviética en una nueva Unión Euroasiática, en la que Moscú contaba con Yanukovich para que Ucrania tuviera un papel clave. Los diputados aplaudieron de pie y cantaron el himno después de declarar al presidente incapaz de cumplir con sus obligaciones y fijar elecciones anticipadas para el 25 de mayo.
En una entrevista televisada poco desde el este del país, Yanukovich dijo que no dimitiría ni dejaría el país, y calificó todas las decisiones del Parlamento de “ilegales”.
Pese a sus declaraciones, el desmantelamiento de su autoridad parecía claro, después de que su gabinete prometiera una transición a un nuevo gobierno, la policía se declarara al lado de los manifestantes y se liberara a su eterna enemiga, Yulia Tymoshenko. Entre una serie de acciones destinadas a acabar con su Gobierno, el Parlamento votó a favor de liberar a la ex primera ministra, que salió del hospital en el que ha pasado buena parte del tiempo desde que fue condenada en 2011. “Nuestra tierra podrá ver desde hoy el sol y el cielo ya que la dictadura ha terminado”, dijo tras ser liberada. (Reuters)